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ven y verás

No se puede explicar con palabras. Sólo te decimos que cada año visitan Tierra Santa cientos de miles de peregrinos, y van a lo que van, a la búsqueda y encuentro de Dios. Con los ojos y oídos bien abiertos para detectar la presencia divina. Con un objetivo muy claro que gira en torno al Misterio Pascual de Cristo. La peregrinación, por tanto, es preparación para esto o consecuencia de esto.

Desde entonces han pasado veinte siglos, y no han pasado en vano sobre esta tierra sagrada. Acontecimientos, guerras, terremotos, revoluciones, incendios, las erosiones del tiempo… superposición de pueblos y culturas: hebreos, romanos, persas, árabes, cruzados, Napoleón, los ingleses, los sionistas… Unos, intentando derruir lo construido por los otros; unos, considerando sacrilegio lo que era venerable para los otros… A pesar de todo esto, la verdadera realidad sigue en pie. Nada ha cambiado. Sólo, la forma.

La realidad indestructible es que Jesús pasó físicamente por aquellas calles, aquellas ciudades, que su mirada se posó sobre aquellas piedras, aquellos monumentos, aquellas personas… Por cualquier parte es posible encontrar un eco de su voz.

Si uno va como turista, no ve nada. Pero si va como peregrino, ve mucho, lo ve todo. Cada lugar se le convierte en estado de alma y guiado por su fe, encontrará, definitivamente, al Resucitado.

En Tierra Santa muchas cosas han permanecido como eran: los montes, las llanuras, el desierto, los ríos, el lago, el mar. Muchos paisajes siguen fieles a sí mismos, con su fisonomía inalterada:

  • Belén, en el que es posible vislumbrar la luz sobrenatural de aquella primera Nochebuena y percibir el canto de los ángeles. Es una ciudad con estrella.
  • Nazaret, manteniéndose el coloquio de la gente sencilla y los rumores de los chicos jugando en la plaza, y el sonar del agua de la fuente, como en los primeros años de Jesús niño…
  • Jerusalén, con el monte de los Olivos en su estado más puro, donde Jesús pasó muchas noches de retiro, soledad, angustia. Y, «subiendo a Jerusalén», culmina este viaje. Sin instalarse, sin apegarse a nada, simplemente peregrino, romero o palmero:

 

» … Que no hagan callo las cosas, ni en el alma ni en el cuerpo.
 … Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo, ni el tablado de la farsa, ni las losas de los templos,
para que nunca recemos como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo digamos los mismos versos.» (León Felipe)

 

Tierra Santa, Tierra de Jesús

 

Tenemos cuatro rutas para ofrecerte

Lugares de Tierra Santa

Ocho días para volver a las raíces, a la cuna, a la fuente de nuestra fe cristiana y hacer lectura del quinto Evangelio, pisando la tierra de Jesús… desde donde se irradió la Historia de la Salvación hace más de dos mil años.

Ejercicios Espirituales en Tierra Santa

Ocho días de Ejercicios espirituales en Tierra Santa son la posibilidad de ir a las raíces, a la cuna, a la fuente de nuestra fe cristiana desde una experiencia distinta a la de la persona que hace peregrinación a Tierra Santa.

Tierra Santa y Jordania

Once días para volver a las raíces, a la cuna, a la fuente de nuestra fe cristiana y hacer lectura del quinto Evangelio, pisando la tierra de Jesús y de los profetas del Antiguo Testamento.

Ruta de San Pablo, Grecia y Turquía

“Tras las huellas de San Pablo” es una peregrinación que nos invita a conocer y valorar la misión de este gran Apóstol y peregrino.

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