Son tantos recuerdos, tantas vivencias….
Muchas gracias a todas y todos los que aquí compartís parte de aquellos intensos y deliciosos 11 días de peregrinación por Tierra Santa. Eskerrik asko!
Y a los demás también, por supuesto… aquí los protagonistas somos todas y todos… y en todo caso Aquél que nació y vivió por aquellas tierras hace ya 2000 años.
Joan Mari Iturria
No ha sido una peregrinación más. Pero sí me he sentido cansado. Ha influido el tiempo caluroso. Las distintas procedencias de los peregrinos y sus sensibilidades.
Sin embargo, al final, creo que ha quedado como un buen regusto… Que notaremos según vaya pasando el tiempo.
Personalmente me he sentido un tanto despistado, pediente de la marcha grupal.
Algo ha tocado, sin embargo, este mi peregrinar. Ha sido el tema de este año en Lucas: el seguimiento. Y la pregunta de Jesús a Pedro: “¿me amas más que estos?” “Tú sígueme”. Compruebo lo distante que estoy del seguimiento, entrega, donación, capacidad de servicio a los demás. Me guardo mucho para mí.
¡Ojalá el Espíritu de Jesús me conduzca por el camino del seguimiento!
Maria Begoña Bilbao
Dos pequeñas impresiones del viaje:
1. Sentí una emoción especial en la celebración de la eucaristía en la cripta de la Natividad.
2. Por el contrario, la visión del muro de Cisjordania me produjo una punzada interior y me llevó a recordar todos los muros que somos capaces de levantar los seres humanos para distanciarnos.
Lupe
Yo he tenido unas cuantas, pero me quedo con estas:
La primera en el Lago Tiberiades.
Estábamos fuera en la Eucaristía y me empecé a emocionar porque mi media naranja era mi padre, y era pescador como Pedro.Yo lleve una piedra que suelo llevar a una cala cerca de mi casa cuando voy a rezar. Es como si fuera mi cementerio. A mi padre lo incineramos y nos pidió que echaramos sus cenizas a la mar.
Estando allí sentí una fuerza interna que me decía: “Aquí échale aquí.” Y así lo hice. Me metí en el lago y lo eche allí. Listo aitta hemen zaude.Lur Santuan!!. No pude evitar el llorar. Fue un momento único. Traje una piedra de allí, será mi conexión en mi cementerio personal con Tierra Santa.
MOMENTAZO 2 – En Getsemaní.
En el Monte de los Olivos me metí de lleno en el sufrimiento y el miedo de Jesús. Ese miedo a que se nos tuerza la salud, los problemas en nuestro día a día, nuestros quebraderos de cabeza.
Y cuando vi la roca, como un imán el cuerpo se tiro encima de la roca. Mi cabeza decía: si Dios vino aquí en su momento de desesperación… Y siempre le he rezado y ahora lo siento tan cerca. Recé, pedí, di gracias. Esa roca me dio muchas fuerzas para darle sentido y meterme de lleno en Tierra Santa.
MOMENTAZO 3 – En el Monte de Judea
Todo lo que sea naturaleza me lleva a conectarme con Dios. A ver lo pequeños que somos. Ir por los montes de Judea y ver aquello como si no se hubiera tocado me hizo transportarme 2.000 años atrás. INOLVIDABLE!
MOMENTAZO 4—En el Santo Sepulcro
Este sitio infunde tanto respeto, tanto sentimiento. Inevitable el sentimiento de volver a tirarme a la roca. Y rezar, rezar y rezar, Dar gracias por hacer posible ese sueño: ¡Llegar a Tierra Santa!
Y otra cosa fue el turismo en Jordania. El desierto INOLVIDABLE. El Mar Muerto experiencia que merece, Petra, me sentí aventurera total.
Y me llevo unas pedazo de amigas que se quedan en mi día a día, como son las Cañeras de Bermeo.
Sin ellas esta peregrinación no hubiera sido lo mismo.
Charo Vera
Lo que más me ha impactado es el recorrido por Israel, en unos pueblos para bien, como Jerusalén y en otros, no para mal pero no me lo esperaba así…
Me ha encantado Jordania, no sabía nada de ese país, traigo buen recuerdo,
y un buen grupo de personas con las que lo he compartido, os doy las gracias a todos, y perdón por extenderme. Un abrazo amigos/as.
Una anécdota: lo bien que lo pase en el Mar Muerto, untados de barro, estábamos graciosísimos, y por cierto que me costó salir de él, hice malabares.
(Nota del editor: De esto último no hay foto, lástima)
Arantxa y Juan Zubielki
Llegamos a la habitación el último día, volviendo del monte Nebo y nos damos cuenta de que la maleta está rota. Entonces decido que debo coger la maleta de Juan para reclamar al seguro, y empezamos el intercambio de maletas.
Cuando sacamos todo encima de la cama nos damos cuenta de que sólo hay una botella. Los dos habíamos guardado una botella…, conclusión:
Uno de los dos se debió de beber la botella entera del agua del río Jordán que traíamos en nuestras respectivas maletas.
Estábamos tan cansados que no tuvimos la idea de repartir el agua ya que disponíamos de una tercera botella de agua no sagrada.
Ni decir las risas que nos echamos esperando al avión en Tel Aviv con los compañeros de Vitoria y Pamplona contando lo ocurrido, merecieron la pena.
Ane Peón eta Mikel Magunazelaia
Lur Santura bidaia- Alguna reflexión después de un viaje a través de la historia y la reflexión, a un lugar simbólico y conflictivo marcado por el extremismo religioso:
Hemos conocido al Jesús humano, el de carne y hueso, que intentó mejorar el mundo defendiendo a los más necesitados frente a las injusticias.
Apreciamos más la realidad en que hemos nacido.
Hemos hecho realidad el sueño de nuestras abuelas.
A modo de conclusión: Nos quedamos con las personas y los buenos momentos que hemos podido compartir con ellas gracias a este viaje. Por ejemplo, el cantoral de las bermeanas en el autobús y sus bailes en el hotel de Jericó.
Asun Flamarique y Felipe Alonso
Os envío una foto del nacedero del Río Jordán que me cautivó por su significado, la belleza y la tranquilidad del lugar aquella mañana.
A la vez que renovamos el Sacramento del Bautismo.
Como se observa en la foto, todos llevamos una botellita de agua y a los dos o tres días con la pastilla de la noche me bebí un buen trago sin reparar que le había quitado la etiqueta a la botella para no confundir con las normales,
No me agobie en absoluto y todo fue estupendamente ¡¡Bendecida por dentro y por fuera !!
Urko Biain
En esta última noche que estamos pasando en Tierra Santa Jerusalén llora… me pongo a reflexionar sobre el viaje que está a punto de culminar… No sólo ha sido un viaje… Ha sido una experiencia… una vivencia inolvidable!!!
A cada uno de los que hemos participado en la peregrinación nos han movido diferentes motivos para realizarla. En mi caso, sobre todo pedir perdón, agradecer y pedir fuerzas.
Estos han sido mis “Momentazos”: “Momentazo” fue la preparación del viaje: la ilusión, miedo a lo desconocido, la aventura.
“Momentazo” fue al tocar el sitio donde fue crucificado Jesús… Gólgota… Allí le pedí perdón por mis pecados, agradecí todo lo que me ha dado que no es poco y pedí que me ayudase a llevar mi propia cruz. En el Santo Sepulcro lugar en el que Jesús vence a la muerte dije ALELUYA!!!
“Momentazo” fue en la iglesia de Santa Ana y San Joaquín al cantar “Agur Jesusen Ama”… canción conmovedora donde las haya. Estoy seguro que también hubiésemos cantado esta canción en la iglesia de la dormición de María a donde no pudimos entrar pero que a pesar ello también tuve mi “Momentazo” intimo quedándome el último del grupo.
“Momentazos” compartiendo confidencias con mis compañer@s de viaje. “Momentazos” con el intercambio de miradas, sonrisas, gestos,… con la gente autóctona. A pesar de mi timidez, he intentado transmitir alegría al grupo sacando el niño que nunca se fue y mostrando siempre mi mejor sonrisa.
Cumplidos mis objetivos me marco uno nuevo para la vuelta a casa: transmitir mi alegría por todas las vivencias vividas en Tierra Santa.
Ana Herranz
No olvides los días hermosos, en los que, pisando las losas, mil veces pisadas de Jerusalén, fuimos capaces de buscar cruzados, árabes, sionistas, cristianos y hasta romanos.
No olvides los días intensos de un peregrinar saltando entre reflexiones y preguntas, que intentaban llegar hasta las palabras en mayúsculas: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
No olvides los días cómplices en los que nos reímos de la risa, forjamos amistades, nos asombramos juntos de la fe de María y recorrimos ruinas impregnadas de sentido.
No olvides los días asombrosos junto a una gran roca que acaricié cien veces con mis manos, Junto a un sepulcro que no es, najo unos olivos testigos de todo.
No olvides los días fervorosos en que nos dimos cuenta que existió un Príncipe del Amor, Ese al que casi pisamos con nuestros pies en los umbrales de Jerusalén, Betania, Belén o el Tabor.
No olvides los días en que caímos en cuenta de tantos signos de la presencia del Reino, de tantos lugares que inspiran su Amor entre tierra y arena en la que hundir nuestra realidad.
Cuando sientas cansancio y el horizonte lo vislumbres sin luz, busca en tus recuerdos esos días hermosos en los que recordamos la alegría de ser seguidores de Jesús, y el impacto que nos produjo el Amor infinito.
Jerusalén, no me olvides, Yo no lo haré, ¡qué imponente eres! ¡Qué ganas de volver a verte! No olvides los días hermosos en que quisimos que el Jesús amoroso y esperanzador, nazca a diario en nuestra Navidad.
Juan Carlos: El día después
Dos meses justos desde el 21 de octubre de 2022, desde que regresamos de Tierra Santa. Y parece que la vida sigue igual, pero mi experiencia estas semanas me dice que todo no es ya igual. ¿Y tú? ¿Sientes tú lo mismo?
Porque unos días después, el 30 de octubre, domingo 31 del tiempo ordinario, Jesús entraba en Jericó, atravesaba la ciudad –con sus baches, sus aceras desvencijadas, el colegio junto a una comunidad franciscana…- y encontraba un pequeño gran hombre, un tal Zaqueo, subido a un sicomoro (todas y todos nosotros sabemos bien qué es un sicomoro y cómo son sus frutos) y proclamaba: “Hoy ha entrado la salvación a tu casa”.
Y el 19 de noviembre, sábado, unos saduceos se acercaron a Jesús para preguntarle sobre lo que dejó escrito Moisés, aquel que vio la Tierra Prometida desde el Monte Nebo, pero murió sin llegar a ella.
Y el 27 de noviembre, primer domingo de Adviento, el salmo cantaba “qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor… Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta, allá suben las tribus…” Jerusalén, su muralla, sus cúpulas, sus cementerios junto a la Puerta Dorada, cerrada y expectante, los caminos que suben desde Jericó –entre piedras y beduinos– o desde Belén –entre muros y checkpoints– . Porque a Jerusalén se sube, está arriba, y lo vimos.
O el miércoles 30 de noviembre: Jesús paseaba por el lago de Galilea y se fijó en dos hermanos que estaban pescando… Simón, llamado Pedro, y Andrés. ¡Cómo olvidar la eucaristía en la casa de Pedro, a orillas de ese mismo lago…!
Y el domingo siguiente, 4 de diciembre, Juan se nos presenta en el desierto de Judea. Entre Jerusalén y el Mar Muerto (a unas pocas horas de autobus): lugar de tentaciones, profundos cañones –lo comprobamos– y precioso entorno natural de localidades como Hebrón, Jericó o Belén. ¿Os acordáis de los camellos y el Monte de la Cuarentena, en Jericó?
Y el día 8 –fiesta de la Inmaculada- el ángel Gabriel visita Nazaret (nuestra primera parada) para saludar a una tal María, desposada con un hombre llamado José, “de la casa de David”. ¡Vaya lío se montó con la visita y sus consecuencias!
Nuestro viaje a Tierra Santa sigue, y sigue, y sigue… , y de aquí a unos días va a nacer un niño en Belén, y nos vendrá el recuerdo de la puerta baja, ante la que todo el mundo se humilla, y la Estrella y el Portal… y esos paseos nocturnos por sus calles tan llenas de Luz y sedientas de Paz.
deseo ir a peregrinar a Tierra Santa y Jordania con mi hija de 29 años en el mes de abril de 2023 despues de Semana Santa
Gracias, bendiciones
adriana Garzelli
Adriana, desde Tierra Santa Arantzazu tenemos peregrinación del 10 al 20 de marzo. El programa con fechas para todas las peregrinaciones del año esperamos subirlas en breve a nuestra página.
Salud2